A ninguno le di los suficientes abrazos, cuando siempre estuvieron allí , dispuestos para mí; creí saberlo todo cuando estaban a mi lado, pero me doy cuenta que realmente en ese momento no sabía lo que era realmente necesario. ¡Cuánta falta hacen sus regaños! ahora entiendo que tuve a mi lado a los mejores seres que jamás podré conocer, pero hoy los recuerdo como si fueran totalmente desconocidos para mí.
Ellos descubrieron mi proyecto de vida sin tener ningún título en pedagogía. Cada uno a su manera hizo tanto en mi vida, que estoy convencido de que tendré la oportunidad de agradecerles lo mucho que me dieron, dándoles un fuerte abrazo y diciéndoles que los quiero.
Estoy seguro que podré decirles que su paso por mi vida no fue en vano, a pesar de que aun necesito mucho de sus consejos.Gracias a esta página que era blanca, puedo convertirla en un pequeño pero sincero reconocimiento para ese hombre que me despertaba con una sonrisa en su rostro y un jugo de naranja en su mano. El mismo hombre que me esperaba para preguntarme qué había aprendido en el colegio, aunque -ahora lo entiendo- me escuchaba, sonreía pero no entendía. Era su manera de despertar mis sentidos para que yo pudiera aprender.
Asimismo, con el mismo cariño y sentimiento de culpa, la recuerdo a ella. Son tantas preguntas que necesito hacerle, que estoy seguro de que Dios me dará la oportunidad de poder conocer las respuestas de sus propios labios. ¿Cómo descubrió mi talento? ¿Por qué supo que mi vida estaría centrada en la gente?
Yo sentí muy cerca la presencia de Dios en mi infancia con ellos fueron como mis ángeles de la guarda.

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