Todo lo relacionado con el ser humano es indeterminado. Por esta razón, sus descubrimientos e inventos adquieren mayor importancia. Uno de ellos es su capacidad de enamoramiento. Así como lo lee: somos creadores, usuarios y beneficiarios de una particular creación que ningún otro animal llega a experimentar.
El amor y el enamoramiento reflejan lo que en esencia es nuestra condición: generamos visiones, construimos realidades y manipulamos las circunstancias según nuestras historias previas, nuestros valores, nuestras tradiciones, constituyen la esencia de nuestras manifestaciones. Una de ellas es la idea de la famosa "Media Naranja", entendida como el encuentro ideal de dos personas en favor de la realización de una felicidad, también creada con las mismas características que mencioné.
Enamorarse, a pesar de los avances tecnológicos, aún es todo un trabajo ajeno al intelecto; nadie puede sentirse inhabilitado o especializado para participar; sin embargo, la idea de la media naranja ha condicionado nuestra visión sobre las mismas relaciones humanas.
La media naranja es una construcción equivocada sobre el significado de la felicidad en una relación de pareja.Yo no me uno a alguien para ser feliz, sino que me uno feliz a otra persona igualmente feliz. Esto significa que hemos recibido otra cosmovisión del amor: yo dependo de otra persona. Solamente mis necesidades se satisfacen en relación con ese otro. Algo totalmente falso.
Tú eres una naranja completa; necesitas otra para aumentar tu esencia, no para encontrarla; el momento es apropiado para aprender que dos personas cuando se casan, brindan entrelazando sus manos pero cada uno BEBE DE SU VASO. Esto significa que unirse a alguien no significa perder nuestra autonomía, no pertenezco a nadie, sino que me complemento con esa otra persona porque así lo decidí.
Para finalizar, si crees que debes buscar o has encontrado a tu media naranja... ¡NO TE CASES!

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