Desde pequeños fueron muchos los esfuerzo de nuestros padres por lograr que aprendiéramos a pedir perdón. Se trataba de una demostración de arrepentimiento ante nuestra condición humana de la imperfección. Sin embargo, de las ideas más extraordinarias que he podido aprender fue a entender que el perdón tiene un valor especial para uno mismo cuando aprendemos a a perdonar y a perdonarnos.
¿Me puedo perdonar? No solamente es posible, sino una necesidad para seguir adelante en nuestro proyecto de vida. Es verdad que me equivoqué con esas personas, no debí decir algo ofensivo a aquellas personas que tanto bien me dieron en diferentes momentos. Quizás, ya el tiempo y la distancia hacen que sea difícil expresarles mi arrepentimiento o, pero aún, es posible que a ellos ya no les interese saber que aún estoy vivo. ¿Qué debo hacer? Perdonarme. Frente al espejo y en un sincero acto de arrepentimiento debo mirar a esa persona y darle mi comprensión junto con las palabras de ánimo para que siga adelante. Sin duda, debo recapacitar sobre lo que debo aprender de esta experiencia, entender qué sentimientos generan en mí las palabras o comportamientos de otras personas para "protegerme" en futuras situaciones similares, cambiando mi actitud ante esas situaciones.
¿Debo perdonar? No hay mejor venganza que perdonar. No esperes a que te pidan perdón. Puedes hacerlo antes o, incluso, aunque nadie te lo pida. El perdón obra en nuestro organismo de la misma manera que ocurre cuando te ofreces a llevarle el maletín a alguien en el bus. Cuando tú estás cómodamente sentado, esa persona con su maletín adelante te va a golpear la cara en varias ocasiones. Es verdad que no tiene la intención de molestarte, pero resulta difícil evitar incomodarte. Al ofrecerte a llevar su maletín, aparentemente estás haciéndole un favor, pero realmente el favor es para ti: te evitas que te lastimen. Lo mismo ocurre cuando perdonas: evitar el resentimiento, alejas el dolor y , automáticamente, estás quedando exento de cualquier pensamiento negativo. Piensa esto: ¿crees que por sentir resentimiento, esa persona va a cambiar su vida? Esa persona sigue viviendo normalmente, mientra tú mismo te enfermas produciendo energías negativas en tu organismo, las cuales pueden desencadenar en enfermedades como el cáncer.
El perdón es una necesidad espiritual y un gran alimento para el crecimiento personal. Deberíamos aprender de los niños cuando juegan. A veces se molestan, pelean, pero al rato están nuevamente felices unidos en una nueva experiencia.
Finalmente, te comparto una oración fuerte sobre el perdón y , si te decides a cambiar tu propio bienestar, te invito a leer este libro: Usted puede sanar su vida, de Louis Hayes.
Usted puede sanar su vida (dale click)
Si después de leer este artículo, empezar a perdonar, hacer la oración y leer el libro, consideras que nada ha cambiado en tu vida, entonces, ¿me perdonas?




No hay comentarios:
Publicar un comentario